Los feligreses suelen recurrir a la oración para hablar con Dios, para hacerle todo tipo de peticiones y para agradecerle por las diferentes bendiciones que reciben de él.
El ayuno es una forma de clamor y oración que muchos creyentes practican para ofrecerle a Dios una ofrenda y pedirle por algún milagro en especial o solamente para fortalecer su vida espiritual. Si deseas ayunar, presta atención a la siguiente información.
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Oración especial para ayunar y fortalecer el espíritu en enero: así debes rezarla
El portal web religioso Cru Colombia explica varios elementos que se deben tener en cuenta al momento de hacer un ayuno. El primer factor que se debe determinar es el objetivo del ayuno. Por ejemplo, hay quienes lo hacen para obtener un trabajo, para que un ser querido sane, entre muchos otros propósitos.
El segundo elemento que también se debe tener presente y que debe estar muy claro es la forma en que se hará el ayuno. Recuerda que no es solo dejar de comer, sino también hacer otras acciones como forma de ofrenda y sacrificio. Asimismo, debes determinar cuánto tiempo harás el ayuno, cuántas horas diarias vas a dedicar a leer la Palabra de Dios y a orar por ese objetivo.
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Luego que tengas claro todos estos elementos, puedes iniciar el ayuno. Si no sabes qué palabras utilizar o crees que no es suficiente lo que dices, puedes elevar la siguiente plegaria, recomendada por la página web del Centro Pastoral Iglesia de la Transformación:
“Padre, en este día santo, te doy gracias por todos tus beneficios pero especialmente te doy gracias por la entrega de tu Hijo en la cruz, gracias por tan gran prueba de amor. Hoy decido ayunar, porque Jesús lo hizo, porque la Iglesia lo pide, porque tu Madre me invita a hacerlo, no solo con el cuerpo, sino también con el corazón. Te pido la gracia, que esta renuncia exterior me ayude a crecer en mi interior: en mi amor a Ti y a mis hermanos. A lo largo de este día, deseo mantener mi vista puesta en la entrega de Jesús, más allá de las cosas materiales que me rodean. Concédeme con este ayuno la gracia de comprender cuanto te necesito y haz que crezca mi sed de Ti. Purifícame también con este ayuno de mis malos hábitos y enséñame a dominar mis pasiones; que en su lugar, florezcan las virtudes, que limpie mi alma hasta lo más hondo, para que sea capaz de abrirse totalmente a recibir tu gracia. Que pueda tener la misma firmeza de Jesús ante la cruz, para así servirte y unirme a tu santa voluntad. Virgen María, que estuviste al pie de la cruz, intercede por mí, enséñame a ayunar y orar para que en este día pueda asemejarme más a tu Hijo Jesucristo. Amén”.
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