Las personas que profesan la religión católica suelen recurrir a las oraciones para hacerle saber a Dios todo tipo de necesidades, deseos y peticiones.
Por ejemplo, hay creyentes que suelen orar por aquellas situaciones que les preocupa, como los celos, la envidia, entre otras.
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De acuerdo con el portal web Píldoras de Fe, San Benito fue un líder religioso muy famoso que tuvo un gran aporte en la Iglesia Católica.
Este santo se destaca por ser el protector de las personas, especialmente de los malos deseos de los demás.
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Si estás preocupado por alguna persona de la que sospechas que puede desearte el mal, ya sea algún miembro de tu familia, un compañero de trabajo, etc., puede elevar la siguiente plegaria especial, revelada por Píldoras de Fe, para pedir protección especial a San Benito.
Con este rezo encomendarás tu vida para que San Benito te proteja de las malas intenciones de las personas envidiosas. Recuerda tener una actitud de respeto al momento de elevar esta oración:
“Oh, glorioso padre, San Benito Abad, ferviente y ejemplar santo de Dios, mi gran amable protector y de todos aquellos que acuden a ti para rogarte. Aleja de mi vida toda presencia malsana o influencia maligna, todo el mal que me desean, los que se han puesto en mi contra y libérame de los peligros del alma y del cuerpo. Intercede por mí ante el Señor para aliviar mi sufrimiento y las graves dificultades que padezco.
Separa, condena y rechaza, con la poderosa intercesión de la Cruz, a toda persona malvada y llena de envidia, toda malicia que pueda dirigirse contra mí, contra mi familia y mis amigos más cercanos. Protégeme de los maltratos verbales o del cuerpo. Alcánzame la fuerza de Dios para poder resistirlos y enfrentarlos con dignidad.
Por el poder de intervención que te ha concedido nuestro Padre del Cielo, oh San Benito, líbrame de la suerte de las herejías, hechizos, encantos y hechicerías, malos deseos en mi contra. Aleja de mí a toda persona con malos hábitos, aleja al violento, al mentiroso, al que siente envidia y quiere maltratar a su prójimo. Protégeme de la ira, el odio, los celos y el resentimiento, de los chismes y habladurías, la intriga y la difamación, la calumnia y la envidia. No permitas que los ataques físicos o mentales dañen mi integridad de ser humano. Sé mi coraza fuerte contra ellos. Protégeme de todo maltrato físico o psicológico que alguien quiera venir a proferirme.
(…) Glorioso Padre San Benito, con ese ilimitado poder que Dios te concedió sobre las fuerzas oscuras y dañinas, protégeme, levántame y defiéndeme de todo mal, ayúdame a confiar en el amor de Dios, nuestro Padre, y a alcanzar la perfección de mi vida cristiana, para la salud de mi cuerpo, mente y alma. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén”.
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