El hogar es nuestro refugio, un espacio para descansar y recargar energías y qué mejor manera de hacerlo que en una cama suave y acogedora, envuelta en sábanas que transmiten paz y tranquilidad. Por eso, es necesario cuidar la lencería como un verdadero tesoro.
Tender la cama por las mañanas es como preparar un lienzo en blanco para una nueva noche de sueño reparador y para mantener esa sensación de frescura y suavidad, es necesario prestarles atención a ciertos detalles.
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Tips para una lencería impecable:
- Leer las etiquetas: parece obvio, pero es fundamental. Cada tejido tiene sus propias necesidades y respetarlas es clave para prolongar su vida útil.
- Separar los colores: ¡Adiós a las sorpresas! Lavar los colores oscuros por separado evita que se destiñan y manchen el resto de la ropa de cama.
- Agua tibia: el agua caliente puede dañar las fibras y decolorar los tejidos. Es mejor lavarlas con agua tibia, que es lo suficientemente efectiva para eliminar la suciedad sin ser agresiva.
- Detergente suave: los detergentes fuertes pueden dejar residuos en las telas y hacer que se sientan ásperas al tacto. Opta por detergentes suaves y específicos para ropa delicada.
- Evitar el suavizante: aunque el suavizante deja una fragancia deliciosa, puede acumularse en las fibras y reducir la capacidad de absorción de las toallas.
- Secar al aire libre: siempre que el clima lo permita, es preferible secar la ropa de cama al aire libre. El sol es un blanqueador natural y el viento ayuda a eliminar las arrugas.
- Planchar con cuidado: si necesitas planchar tus sábanas, hazlo a baja temperatura y del revés, para proteger los colores.
- Guardar con cariño: una vez planchada y doblada, guarda la lencería en un lugar fresco y seco, lejos de la luz directa del sol.
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Cuidar de la lencería no es solo una tarea doméstica, es una forma de expresar amor por tu hogar. ¡Recuerda! Un hogar bien cuidado es un hogar feliz.
Por: Dayana Gutiérrez Villalba
Locutora Bésame Medellín.
