Este sacramento representa el amor incondicional de Dios “Que da una gracia para vivir la vida ordinaria de manera extraordinaria”, según explica la página web de la Arquidiócesis de Bogotá.
La Iglesia Católica de Corpus Christi explica que solo el católico que ha sido bautizado puede recibir el sacramento; aunque si no lo está y pide a un sacerdote que lo visite, este puede orar por él y bendecirlo.
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El sacramento consiste en la unción con óleo, en donde el enfermo recibe la bendición del obispo en la frente y en las manos. Asimismo, recibe la oración elevada por el sacerdote que realiza la ceremonia.
Uno de los efectos de este sacramento es que “Une más íntimamente al enfermo a la Pasión de Cristo, por su bien y por el de toda la Iglesia, otorgándole fortaleza, paz, ánimo y también el perdón de los pecados”, afirma la Comunidad Católica San Estanislao.
La Parroquia de San Bartolomé y San Esteban de Sevilla de España expone lo que es y lo que representa el sacramento según algunos escritos católicos:
“¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que orden sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometidos pecados, le serán perdonados”.
Santiago 5, 14-15.
“La unción de los enfermos “no es un sacramento solo para aquellos que están a punto de morir. Por eso, se considera tiempo oportuno para recibirlo cuando el fiel empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez“.
Catecismo de la Iglesia Católica, 1514.
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“¡Yo tengo fe…! Por lo que, cuando mi cuerpo enfermo apercibe que las fuerzas se le acaban y que próximamente puede sobrevenirle la muerte, marchando por las fronteras de la eternidad a los portones suntuosos de la gloria para introducirme en la vida eterna; mi cuerpo jadeante, duramente dolorido, y mi espíritu lleno de gozo en el Espíritu Santo que me repleta de esperanza, recurre al Sacramento de la santa Unción, que tantas veces he recibido en mi vida, siempre quebrantada y llena de enfermedades; las cuales me ponen en situaciones tan dramáticas, entre el cielo y la tierra, entre la vida y la muerte.
Yo tengo fe… Y por eso creo en el Sacramento de la santa Unción y experimento sus dones y frutos; el cual nos quita y nos purifica nuestros pecados, preparándonos para el encuentro definitivo con Dios, y fortaleciendo y confortando no sólo nuestra alma, sino también nuestro cuerpo, suavizando la enfermedad, incluso curándola si no hubiera llegado el momento definitivo del encuentro con Dios, y preparándonos para ese encuentro“.
Yo tengo fe, Opúsculo n° 17, pp. 35-36.