“Quedé en el piso”: Nórida Rodríguez abre su corazón sobre el duelo por Toto Vega
La actriz contó detalles, como nunca, sobre cómo afrontó la muerte de su esposo y aseguró: “si mi hija no hubiera existido, yo no hubiera sobrevivido”.
Aunque se ha manifestado siempre en redes sociales con algunas palabras escritas dedicadas al amor de su vida, en su reciente entrevista con Laura Acuña, la mujer confesó que, hasta ahora, luego de dos años de que Vega sufrió el infarto que acabó con su vida durante el Festival de Cine Verde de Barichara, puede medianamente hablar del tema.
“Perder a Toto, creo que ha sido tal vez lo más desgarrador que me ha podido suceder a mí, él y yo desde un comienzo establecimos una relación muy cercana, éramos muy amigos, muy compañeros, y en los últimos años, realmente, que nos enfocamos mucho en el festival y en proyectos que hacíamos desde la fundación, estábamos 24/7”, recordó.
La difícil realidad
Rodríguez explicó que fue muy difícil afrontar que todo lo que había planeado con su pareja, de un día para el otro, se esfumara.
“Desde los primeros años de nuestra relación, que fueron 23, empezamos a planear como íbamos a envejecer, por eso en Barichara, en un instante eso se esfuma, quedé en el piso, no hay palabras para expresar eso, ahora puedo hablar medianamente bien, pero durante dos años no pude hablar del tema, es algo que me ha costado mucho”, contó.
Para la actriz, el duelo es una herida abierta, que todavía sigue sensible en su vida y no sabe si vaya a pasar en algún momento, pues todavía experimenta lo natural de perder a alguien tan importante.
“No sé si esto llegue a pasar definitivamente en algún momento, que ya no haya nostalgia, que no lo recuerde en cada cosa, que no lo vea por ahí en los lugares comunes o nuevos, no sé si eso llegue a pasar (…) El duelo del ser más cercano y amado, pues tendrá que tomar su tiempo”, expresó.
“Ya puedo hablar un poco más del tema sin llorar, sin tragarme las palabras. Hubo un momento en el que respirar dolía, como si tuviera una daga clavada, entonces es un día a la vez, hay que vivir un día a la vez. Yo, al comienzo, me quería morir, y me eché a morir, estuve encerrada 3 meses en mi habitación, echándome a morir, con las cortinas cerradas”, confesó.
Sin embargo, gracias a la insistencia de su familia, se levantó y duro algunos meses en Londres que le sirvieron para tomar un respiro y llegar con toda su energía para “asumir la vida”, teniendo en cuenta que no quería decepcionar a su familia y amigos.
“Si mi hija hubiera existido, yo no hubiera sobrevivido, ella es mi ángel guardián y es la mitad de mí, o el 100% de mí”, concluyó luego de que Acuña le mostrara un emotivo mensaje que envío la joven.
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