En la búsqueda de una vida más sostenible y consciente del medio ambiente, es crucial comprender cómo nuestros hábitos de consumo de energía afectan al planeta y también a nuestro bolsillo, provocando el alza en los recibos de la luz.
Los electrodomésticos, aunque hacen nuestras vidas más cómodas, también pueden representar un amplio consumo que se puede volver un “vampiro” en los hogares. Identificar los aparatos que más consumen energía permite tomar decisiones en casa acerca de cómo utilizarlos y si se puede reducir su uso.
Refrigerador: este electrodoméstico funciona constantemente para mantener los alimentos frescos, lo que lo convierte en uno de los mayores consumidores de energía en el hogar, sobre todo si lleva bastantes años.
Secadora de ropa: requiere mucha energía, especialmente en secadoras que no son de gas.
Aire acondicionado: en tierra caliente, el aire acondicionado puede ser uno de los mayores consumidores de energía en el hogar, especialmente si se utiliza de manera constante.
Horno eléctrico: Cocinar alimentos en un horno eléctrico puede consumir mucha energía, especialmente si se usa durante mucho tiempo o a altas temperaturas.
Lavadora de ropa: Aunque las lavadoras modernas son más eficientes en términos energéticos que sus predecesoras, aún pueden consumir una cantidad significativa de energía, especialmente en ciclos de lavado con agua caliente.
Horno microondas: pese a que su consumo de energía suele ser menor que el de un horno convencional, el uso frecuente del horno microondas puede sumar en el consumo energético del hogar.