Desde hace siglos, la humanidad ha buscado formas de expresar su identidad, creencias y cultura a través de marcas permanentes en la piel. Los tatuajes, más allá de ser un fenómeno moderno, tienen raíces profundas en distintas civilizaciones.
Para quienes buscan vivir conforme a la Palabra de Dios, surge con frecuencia la pregunta sobre si es correcto tatuarse surge con frecuencia.
La respuesta no siempre es sencilla, pues hay quienes afirman que los tatuajes son un pecado, mientras que otros consideran que se trata de una decisión personal. La Biblia, considerada nuestro manual de vida, menciona esta práctica, pero entender el contexto y los principios detrás de sus enseñanzas es clave para saber cómo aplicarlos hoy.
De acuerdo con La Iglesia de Dios de Panamá, explica que en la versión de la Reina Valera de 1960 menciona en Levítico 19:28 dice lo siguiente “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un momento, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová”.
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Este texto aparece en otras versiones de la Biblia de la siguiente forma:
Con estas versiones se puede entender que la Biblia podría expresar que no se deberían hacer tatuajes sobre nuestra piel. De igual forma, en el versículo 28 de Levítico se habla de cómo hacer las cosas bajo las creencias de la época, por ejemplo, el cómo cortar el cabello, la barba o comer cosas con sangre, ya que es un reflejo del culto hacia Dios.
Levítico hace referencia a lo que hacían algunas personas en ese tiempo, pues algunos usaban este tipo de marcas para diferencias a quién le pertenecía algún esclavo, en donde, al parecer, se hacían rasguños con las uñas o algún objeto afilado para dejarse una cicatriz que luego era rellenada con tinta.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
“Para que no profane su descendencia en sus pueblos; porque yo Jehová soy el que los santifico.”
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”
“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.”
“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.”
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
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“De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.”
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
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