Dios nos invita a crear y mantener una relación con Él, ya que vive en comunidad; asimismo, Jesucristo, su hijo, existe entre nosotros y nos habla a través de él, pues es la “Palabra hecha carne”. La oración es más que un intercambio de palabras, como muchos pueden pensar, la oración involucra toda nuestra esencia con la relación con Dios, su Hijo y el Espíritu Santo.
Toma estas oraciones para agradecer por un día más de vida y pide la protección del Señor.
Ten presente que todos somos imperfectos, y aún con nuestras fallas y errores, Dios siempre conocerá los deseos de nuestros corazones, sabe que queremos cambiar y valora todos nuestros esfuerzos. Y porque su amor por nosotros es tan grande, valía la pena arriesgar incluso a su propio hijo para el perdón de nuestros pecados.
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“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16)
“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8)
“Gracias Dios por el hermoso regalo de la vida, por las bendiciones que Tú me das día tras día, por tener un hogar y una hermosa familia y porque gracias a tu bondad y tu generosidad, tengo todo e incluso más de lo que realmente necesito. Gracias.
Dios mío, en tus manos dejo cada uno de mis sueños y propósitos para este día que comienza. Por favor guíame, dame tu paz y tu bendición.
Gracias Dios por este día que comienza, gracias por cuidar de mí y las personas que más amp y gracias porque de tu mano, este será un día más de dicha, bendición y prosperidad. Gracias.
Amado Dios, en los días difíciles te busco, en los buenos te agradezco, en mis grandes días te alabo y todos los días te necesito. Por favor nunca te apartes de mi vida, Amén”.
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“Señor, Dios Eterno todopoderoso, Dios nuestro misericordioso y omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, oh Dios, principio y fin de todas las cosas, soberano de los siglos que solo tú eres grande, por la intercesión y con la ayuda de los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel, nosotros, tus hijos, humildemente te rogamos que nos libres eficazmente de todo mal y adversidad, de todo enemigo y mala persona; revístenos con tu armadura y envíanos tu luz, llénanos de bendiciones y danos tu protección para poder gozar siempre de tu paz.
Yo (tu nombre) pido tu auxilio y socorro, cúbreme con tus brazos altísimos y poderosos, purifica mi mente, corazón, cuerpo, alma y espíritu, y no permitas que nada perjudicial penetre en mí.
Señor Dios, Uno y Trino, junto con María reinen sobre mí y los míos, hoy y por toda la eternidad y no permitas que nada ni nadie pueda causarme mal.
Señor, a ti clamo, creo en ti, en tu poder y en tu gloria, creo en tu palabra, que es la única que puede alumbrarme; pido perdón por todos mis pecados y faltas, y en el nombre de Jesús y por el poder de tu Sangre, te ruego seas magnánimo conmigo, te pido disipes todo lo que me atormenta y lastima, aleja de mi vida y hogar todas las sombras tenebrosas, sálvame de todo mal que venga contra mí y rompe en pedazos las cadenas que me aprisionan, para que pueda cumplir tu santa voluntad sin impedimentos físicos ni espirituales, Amén”.