La novena de Navidad o novena de aguinaldos es una costumbre colombiana de origen católico que se lleva a cabo todos los años en la época de Adviento, es decir los nueve días previos a la Navidad.
Se trata de una serie de oraciones que buscan preparar a las personas espiritualmente para el nacimiento del Niño Jesús, según las creencias católicas.
Allí, conforme avanzan los días, se hace un recorrido por puntos importantes en la historia de Jesús, María y José, desde que se le anunció a María el nacimiento de su hijo hasta que este llegó al mundo.
Aunque esta tradición se suele realizar sin falta cada diciembre y es una de las más importantes para las familias colombianas, algunos no tienen muy claro el orden en el que se deben rezar las oraciones.
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El primer paso para rezar la novena de Navidad o novena de aguinaldos es reunirse alrededor del pesebre. Sin embargo, esto no es obligatorio, pues se puede realizar en cualquier lugar, siempre y cuando se haga con fe. A continuación, encontrarás el orden en que se debe rezar la novena, según la Arquidiócesis de Bogotá.
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Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio.
Yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado. Suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
“Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”, tres veces.
Además, esta es la oración que la Arquidiócesis de Bogotá recomienda realizar todos los días antes de empezar la novena:
“Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros. Pidamos, pues, a Dios que el pesebre colocado en nuestro hogar, avive en nosotros la fe cristiana y nos ayude a celebrar más intensamente estas fiestas de Navidad. Amén”.
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