Andrea Echeverri, vocalista de ‘Aterciopelados’, ha ganado fama no solo por la música, sino también por su estilo y particular manera de mostrarse siendo, como ella se ha bautizado, ‘antidiva’, pues se sale de todos los estereotipos a los que como sociedad estamos acostumbrados.
La cantante hizo parte de uno de los episodios del pódcast ‘Menopáusicas ¡y qué!’, de las periodistas Yolanda Ruiz y María Elvira Samper, donde conversó de diferentes temas, entre ellos: su rol de madre, la menopausia, su amor por la música y la cerámica, y su relación con su ex, quien siendo su equipo en la banda.
En la conversación, Echeverri reveló que ella es una persona muy diferente a lo que las periodistas pensaban, pues le dijeron que la veían como alguien muy “relajada”.
“No soy relajada, yo soy acelerada, imperativa, pero estoy contenta, mi trabajo tiene partes espinosas, pero en general es delicioso”, dijo.
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Si algo ha caracterizado a la cantante es que demuestra ser diferente a lo que se espera de un artista femenina en tarima. En un mundo de divas, donde se cree que las mujeres deben estar en los escenarios de una forma y preparada para fotos atractivas, ella se denomina como una ‘antidiva’.
“Uno tiene que inventarse algo, a todas las chicas nos gusta jugar, yo siempre en tenis, peluquería no, maquillaje tampoco y nada de procesos estéticos. Todo que se vea”, detalló sobre cómo le gusta ser.
“Lo más evidente son cosas malas, por la sociedad, todo el mundo debe estar joven, guapo, ‘sexualoso’, pero yo voy para otro lugar. En realidad, nunca, pero ahora es por qué todo debe ser sexual, dígame quien no está, para mí eso es fastidioso, voy a festivales y en los camerinos son pocos músicos y mucha bailarina”.
Andrea recordó un momento en el que se sintió mal, pues mientras le preguntaron por la cerámica, dio un contexto en el que expresó que “eso de ser antidiva es harto”, pues, aunque creen que a ella no le importa lo que digan los demás y las opines sobre su belleza, no es así.
“Si a mí no me importara no escribiría canciones al respecto, si me importa, yo me miro al espejo y tengo la imagen de Shakira y no sé qué hacer, qué ponerme, es duro porque vivimos en una sociedad que te dice todos los días lo contrario”, dijo.
Echeverri recordó uno de los momentos más incómodos frente al tema de la belleza.
“Una vez yo tenía mucho acné, y recuerdo unos Grammy, con acné; a un lado Shakira y al otro lado Paulina Rubio, pues uno se siente mal. Diferente fuera que uno estuviera guapísimo y no tuviera que hacerse nada, pero no es el caso. Entonces ahí, también uno sale en la lista de los peor vestidos. A mí no es que me guste como se visten los demás, pero tampoco me gusta ser foco. Ser observada es raro”, contó.
Por eso, en la cerámica se permite ser como es, sin tener miedo al qué dirán, porque es diferente estar en el escenario que fuera de él.
“En la cerámica estoy como soy, en sudadera, embarrada, despelucada, como es mi real yo. La cerámica me fascina y estoy sola. Últimamente, he hecho cosas muy bacanas que se unen con la música, un ejemplo es Ovarios Calvarios, una demostración artística en honor a las víctimas de la violencia sexual en Colombia”.
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