El pasado 19 de marzo, se volvió viral a través de las redes sociales el caso de Kristel Candelario, una mujer de origen ecuatoriano condenada a cadena perpetua en Estados Unidos
El cargo principal por el que fue acusada Candelario fue asesinato, debido a que dejó a su hija de tan solo 16 meses sola durante 10 días mientras se iba de vacaciones a Detroit y Puerto Rico.
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Lamentablemente, ante este suceso, la bebé llamada “Jailyn” falleció de hambre en su cuna, algo que el juez denominó como un “egoísmo inimaginable” por parte de la mujer.
Detalles del caso
Candelario, luego de estar de vacaciones, volvió a su casa, y al encontrar a su hija inconsciente, decidió llamar a la policía. Una vez las autoridades irrumpieron en el lugar, hallaron a la bebé extremadamente deshidratada entre telas sucias que estaban cubiertas de sus materias fecales.
Durante el caso, la corte reprodujo la llamada de emergencia realizada por la mujer, en la que pedía ayuda al asegurar que su hija se estaba muriendo. Según narran los policías, aunque la madre cambió la vestimenta de la bebé antes de que llegaran, era evidente las condiciones deplorables a las que había estado expuesta.
De acuerdo con testimonios dados dentro de la audiencia, la niña mostrada graves señales de negligencia total en su cuidado, como, ojos hundidos, labios secos, y una pérdida de al menos 4 kilos respecto a su último peso registrado, dos meses antes de su fallecimiento.
Los padres la defendieron
A pesar de los indignantes hechos cometidos por Candelario, su madre, Ketty Torres, pidió a la corte que tuviera en consideración a su hija. Según relató, Kristel ha sufrido de enfermedades mentales, y su depresión y ansiedad se agravaron luego de dejar su medicación, lo que nubló su juicio.:
“Mi hija no tenía una vida de tranquilidad, mi hija no tenía una vida de paz, pero ella escondía todo lo que pasaba” declaró su madre.
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Por otro lado, aseguraron que la familia no tenía ningún conocimiento respecto a lo que estaba pasando. Finalmente, la mujer ya condenada asegura que ora diariamente, e incluso asegura que Dios y su hija fallecida ya la han perdonado.
“No estoy tratando de justificar mis actos, pero nadie sabe cuanto yo estaba sufriendo” aseguró la mujer, sin embargo, estas declaraciones llevaron a que el juez no sintiera arrepentimiento por parte de Candelario, por lo que concluyó su caso con una cadena perpetua.
