Algunas personas han empezado a utilizar un elemento que todos tenemos en casa: la sal. Este ingrediente comúnmente asociado a la cocina ha demostrado tener beneficios que van más allá de la gastronomía. Desde propiedades antibacterianas hasta su capacidad para absorber la humedad, la sal puede ser una gran aliada para el baño.
Lo primero que notarás cuando lo haces, es que la sal actúa como un desodorante natural; pues al arrojar una pequeña cantidad de sal en el inodoro, esta comienza a absorber la humedad y los malos olores que puedan estar presentes. Además, su textura permite que, al disolverse, limpie las paredes internas del inodoro, ayudando a eliminar manchas o residuos que se hayan acumulado con el tiempo.
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La empresa peruana de reparación de desagües Hr. Gasfitero, explica que echar sal al inodoro puede tener efectos tanto positivos como negativos, por lo cual, es importante que conozcas qué pasa si decides usar este método:
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Para aplicar esta técnica correctamente y obtener los mejores resultados, es importante que sigas una rutina diaria, pero solo durante 15 días para no dañar las tuberías. Antes de ir a dormir, vierte aproximadamente media taza de sal gruesa en el inodoro y déjala actuar durante toda la noche; de esta manera, le das tiempo para trabajar en las superficies internas sin interrupciones. A la mañana siguiente, solo tienes que bajar el agua, y notarás una mejora notable en el aspecto del inodoro y en el ambiente general del baño.
Este truco de echar sal al inodoro no solo es una opción económica, también es fácil de integrar a tu día a día. No tendrás que preocuparte por los químicos ni por productos costosos, con solo un ingrediente sencillo, tu baño lucirá y olerá más limpio.