Las separaciones y divorcios son situaciones que se han presentado con mayor frecuencia en la sociedad actual, siendo un impacto para los integrantes del núcleo familiar, pero que se pueden generar debido a la confusión, inseguridad, angustia emocional y más, que debilitan con el tiempo las relaciones de los padres; de hecho, en ocasiones estos conflictos pueden durar mucho tiempo, afectando directamente a la estabilidad mental de los niños cuando se tienen.
Hoy en día, alguno de los casos pueden llegar un tribunal esperando a que un juez ayude a resolver los conflictos existentes y llegar a un común acuerdo. No obstante, cuando se presenta un divorcio en un hogar donde hay presencia de hijos, muchas veces no se considera de qué forma se puede arriesgar a los niños con estas decisiones, y que pueden llegar hasta la perjudicación durante su vida.
Percibir un divorcio no ocurre de la misma manera para los niños y adolescentes, estas situaciones afectan dependiendo la edad y momento por el que el niño esté pasando, es decir, no es lo mismo que un bebé tome de igual forma la separación de sus padres, a como la tomaría un niño más grande o un joven; así como el tipo de relación que tengan los padres antes, durante y después de ello.
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De acuerdo con Mentes Abiertas Psicología, una entidad española conformada por psicólogos de diferentes áreas, estas son las afectaciones que tiene el divorcio parental para cada rango de edad:
Durante los inicios de la infancia, los niños pueden ser más susceptibles ante la separación de sus padres, pues en esta edad los pequeños tienden a tener mayor dependencia emocional de ellos, buscando una estabilidad y seguridad en su entrono familiar. Cuando esto sucede, lo que puede generar en el niño son sentimientos de confusión, miedo y ansiedad, por lo que estarán en un constante cuestionamiento hacia sus papás para entender qué es lo que está pasando.
Al ser un poco más grandes y tener mayor capacidad de razonamiento, los niños pueden comprender un poco más fácil el divorcio; sin embargo, es posible que presenten emociones en las que se niegan a aceptar el estado de sus padres, siendo conscientes de los problemas en su hogar que provocan sentimientos de tristeza y enojo, pues a veces llegarían a creer que ellos son los culpables.
Esta tiende a ser la etapa de mayor complejidad para tratar, entendiendo que en este rango de edad los jóvenes se encuentran en un momento de autodescubrimiento e independencia y, por ello, también podrían tomar la noticia con gran sensibilidad, reaccionando con enojo y resentimiento. Además, esta situación logra convertirse en ocasiones en un carga para sí mismos, a lo cual intentan escapar actuando con rebeldía.
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Entre tanto, Psicología Infanto-Juvenil Mallorca, un departamento de atención psicológica de infancia y adolescencia que pertenece al Instituto Psicología-Sexología Mallorca, explica que los divorcios parentales traen consigo efectos sociales que recaen sobre los niños, que frecuentemente podría conllevar afectaciones psicológicas; entre estos se encuentran:
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