Por lo general, los zapatos de este color tienden a ser usados con frecuencia, pero poco se sabe de la forma adecuada para que no cambien de color y poder seguir usándolos con nuestros mejores atuendos. El problema con ellos comienza cuando después de tantas posturas empiezan a ensuciarse y, por lo tanto, llega el momento de darles una lavada.
Nike tiene un truco para que limpies tus zapatos blancos y los dejes como nuevos; este, solo tomará 30 minutos de tu tiempo, dejándolos secar al aire libre. Podrás usar los siguientes ingredientes:
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El peróxido de hidrógeno al 3% además de eliminar toda mancha, también ayuda a desinfectar los zapatos. Lo que debes hacer es mezclar dos cucharadas de bicarbonato con una de peróxido; luego, tomarás un cepillo y aplicarás la mezcla por todo el zapato, dejándolo actuar por 30 minutos antes de enjuagarlo, o puedes dejarlo secar al aire libre y después frotar la mezcla cuando se haya secado.
Aunque puede ser una opción extraña, es bastante útil para que tus zapatos no queden amarillos. Debes colocar hojas de papel humedecido en agua sobre el zapato y deja que se seque durante 12 horas, luego podrás retirar todo el papel. Este método es ideal para después de lavar los zapatos, ya que remueve las manchas que lo lograste quitar.
Si quieres usar algo más natural y tienes limón en tu nevera, puedes mezclar un poco de jugo de limón con agua, y con un paño limpio o un cepillo viejo, comenzarás a frotar la mezcla sobre el zapato con movimientos circulares. Una vez hayas terminado, debes dejar que los zapatos tengan luz del sol por algunas horas y luego los pueden enjuagar.
Estos dos ingredientes tienen la posibilidad de eliminar olores y las manchas de este material. Toma un recipiente y haz una mezcla de una cucharada de bicarbonato, dos cucharadas de vinagre y una taza de agua. Ahora, con un cepillo o un paño limpio, tomarás la mezcla y la pasarás con suavidad sobre los zapatos para retirar la suciedad.
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Al ser un producto diseñado para la piel, es ideal para limpiar los zapatos de cuero sin que se amarillen. Lo único que necesitas es tomar un poco de algodón, mojarlo con agua micelar y pasarlo por todo el zapato hasta que se reduzca la mancha y la suciedad.