Catalina Escobar Restrepo es una empresaria colombiana que lidera la Fundación Juanfe, la cual se destaca por su labor social enfocado en los niños, niñas y adolescentes más vulnerables de Colombia. Escobar estuvo en ‘Mujeres W’ el miércoles 20 de noviembre, donde recordó los inicios de la fundación. Detallando las situaciones y sentimientos que afrontó para lograr transformar la realidad de más de 290.000 personas.
A finales de la década de los 90, y comienzos de los 2000, la mujer vivía en Cartagena, donde decidió ser voluntaria de un hospital público llamado Clínica de Maternidad Rafael Calvo. “Me vinculé como cualquier persona que quiere prestar un servicio voluntario, todos los martes y jueves durante un año”, afirmó.
Después de compartir un año con las personas del hospital, Escobar debe volver a Bogotá. La experiencia la inspiró y también cambió su vida por completo. “Llegué un martes con la intención de despedirme de la gente del hospital, un hospital pobre, sin recursos y fregado por la corrupción, pero veo que están reanimando a un bebé”.
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En ese momento las enfermeras se encontraban tomando los signos vitales, luego de que presentara diversos episodios de apnea. Cuando se estabiliza, ella lo toma en brazos pero sintió que “se desgonzó y se me murió”.
“Le pregunté a la doctora qué hubiera evitado la muerte de este bebé y me dicen que el niño necesitaba hace 48 horas un antibiótico y más medicamentos que sumaban 60.000 pesos colombianos. Lo más duro fue cuando llegó la mamá porque era una niña de 14 años, y yo tuve que darle la noticia”, comentó la mujer.
A los cuatro días, ya en Bogotá, muere Juan Felipe, el hijo de Catalina. “Se cae de un octavo piso y ahí dije: qué nos está pasando como país, yo decía hey, estoy presenciando una pesadilla, está pasando una tragedia, pero los demás lo menospreciaban”.
Pasaron los días y la familia decidió salir a un restaurante, Catalina recibe la cuenta y asegura que se trató de una señal. “Veo que son 60.000 pesos, por lo que me rompo en llanto. Le conté la historia a mi familia y agarré una servilleta para escribir, desde ahí existe la Fundación Juanfe, eso es a lo que les dicen el llamado”.
Para comenzar la fundación, Catalina comenzó a estudiar las estadísticas de mortalidad infantil, notando que Cartagena tenía la tasa más alta en Colombia y la tercera en Latinoamérica. “La fundación empezó con la idea y la pasión, empezó con los números. Cuando uno tiene ese llamado del alma, uno tiene que tener espacio para Dios”, añadió.
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Catalina menciona que “después de que a uno se le muere un hijo, uno pelea. Peleé con Dios durante cuatro años.. Finalmente tuve una reconciliación muy bonita, tras unas inundaciones terribles en 2004 en Cartagena, terminé en un lugar llamado Isla de León”.
La mujer cuenta la experiencia al adentrarse a la comunidad y brindarle la ayuda a una familia, conformada por una mujer mayor, una joven y un bebé, la cual le afectó emocionalmente. Por lo que en el recorrido de regreso empieza a hablar con su equipo y dice que “si Juanfe no muere no estamos en estas. Y ahí entendí y di las gracias de corazón. Empecé a disminuir y a agradecer todo, y mi vida empezó a dar más luz. Ahí fue donde conocí y reconocí a Dios”.
Catalina recordó el momento en el que se enteró de la muerte de su hijo. “Cuando JuanFe se cae del balcón y a mí me llaman, menos mal estaba con el conductor de mi suegro, le dije ‘vamos ya al apartamento’. Enseguida sentí a alguien a mi lado, era Jesús. Solo lo pude reconocer luego de unos días, porque yo sabía que había muerto Juanfe, no me lo habían dicho pero yo ya sabía”.
El pequeño se encontraba con una niñera, quien fue llevada inmediatamente por las autoridades. “La Policía la llevó a la cárcel, pero yo dije no, a ella hay que sacarla. Fui y la saqué y le dije ‘yo te perdono. Tu cárcel está en tu consciencia, porque tú me lo descuidaste; vete a tu casa, yo te perdono, pero tienes que saber que eso lo vas a cargar tú’”, mencionó.