Hay que aclarar en primer lugar que los sueños son complejas mezclas de imágenes, emociones, pensamientos y sensaciones que ocurren durante el sueño REM. En esta etapa, el cerebro está tan activos como cuando se está despierto.
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El contenido de los sueños varía ampliamente, desde escenas realistas hasta situaciones surrealistas y oníricas. Pueden ser placenteros, aterradores o neutrales, y pueden estar influenciados por experiencias, pensamientos y emociones propias.
Para entender por qué olvidamos los sueños, se tiene que poner en consideración el papel del hipocampo en el proceso de la memoria. Esta región cerebral es esencial para transferir información de la memoria de corto plazo a la de largo plazo.
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Sin embargo, esta transferencia puede ser incompleta, haciendo que los sueños se vuelvan fragmentados e inestables en la memoria, según Robert Stickgold, un profesor adjunto de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard que se especializa en el sueño y la cognición
Además, el efecto del despertar brusco puede jugar un papel importante. Cuando se despierta de manera repentina, especialmente durante el sueño REM, es más probable que se olviden los sueños, ya que la transición abrupta puede interrumpir la consolidación de la memoria.
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Stickgold confirma que las emociones también influyen en la capacidad para recordar sueños. Aquellos con contenido emocionalmente intenso tienden a permanecer en la memoria a largo plazo. Esto se debe a que las emociones fortalecen las conexiones neuronales asociadas con los recuerdos, facilitando su recuperación posterior.
Si se quiere mejorar la retención de nuestros sueños, mantener un diario de sueños puede ser de gran ayuda. Al despertar, tomar unos minutos para anotar detalles sobre los sueños puede fortalecer la conexión entre el sueño y la memoria, permitiendo recordar con mayor claridad las experiencias oníricas con el tiempo.