Esta es la peculiar razón por la que los colombianos solo comen natilla en diciembre

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Diciembre es una temporada en donde la oferta gastronómica de los colombianos se incrementa de manera desmesurada, pues para nadie es un secreto que es la época en donde se pueden disfrutar platos tradicionales del país y se pueden degustar sabores propios de la navidad.

Dentro de los alimentos estrella en esta última temporada se encuentra la natilla que, sin duda alguna, es un manjar que debe estar en la mesa de los hogares colombianos.

Aunque por años se ha conservado la costumbre de mantener este postre cremoso en las reuniones decembrinas, son muy pocas las personas que conocen el origen del mismo y la razón por la que en el país solo se consume durante el último mes del año.

Por eso aquí te explicamos cuál es la procedencia de la natilla y el porqué solo la deleitamos en esta víspera del año.

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¿Cuál es el origen de la natilla?

De acuerdo con un artículo publicado en el portal web ‘Solo Paisas’, este bocadillo se originó en la época medieval en los conventos españoles y franceses. Los frailes, quienes tenían conocimiento en el ámbito gastronómico, combinaron la leche con ingredientes como la harina de trigo y el azúcar para crear lo que hoy en día se conoce como la natilla.

En Colombia, este manjar de textura blanda llegó primero al departamento de Antioquia, en donde se reemplazó el trigo por el maíz y el azúcar por la panela, y se comenzaron a añadir alimentos como el queso campesino, el coco y la mantequilla.

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¿Por qué los colombianos solo comen natilla en diciembre?

Aunque este bocadillo lácteo se puede elaborar en cualquier momento del año, en el país se consume principalmente en época decembrina. Según un artículo del El Colombiano, la trascendencia de la natilla en el último mes “tiene que ver con que las comunidades religiosas europeas le llevaban este manjar a los más necesitados justo el día de la conmemoración del nacimiento del Niño Jesús”.

Asimismo, el diario de la ciudad de la eterna primavera citó a la pedagoga y cocinera Roshelena Macía, quien afirmó que, lamentablemente, este postre es un alimento “que nos da pena preparar o consumir fuera de la temporada de fin de año y que las grandes reposterías no ofrecen en sus vitrinas”.

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