“Un amor exitoso y duradero se puede entrenar”, aseguran los expertos
Entrenar algunos ámbitos de nuestra personalidad puede ser la clave determinante para sufrir menos y tomar consciencia sobre nuestras acciones
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Es posible trabajar ciertas capacidades para aumentar la posibilidad de que la relación prospere.
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Es cierto que cada persona busca diferentes cosas en cada pareja, pero al final hay factores en común como lo es la sinceridad la capacidad de escucha, seguridad, flexibilidad, cariño, respeto y tolerancia.
Pero no se puede dejar de lado que hay asuntos en cada personalidad que pueden hacer más fácil o difícil el proceso de la relación amorosa, aquí te diremos cuáles son esos puntos para que los analices y tomes riendas en el asunto si es necesario.
- Comunicación activa: Debemos aprender a comunicarnos evitando el juzgar y reflejando lo que vemos a la hora de expresar lo que está sucediendo, sin añadir ni matizar, exactamente como si fuésemos un espejo que muestra la realidad sin distorsionarla. Cuando comunicamos desde el “yo siento esto” en vez de desde el “tú me haces sentir”, la comunicación se vuelve menos violenta.
- Identificar la obsesión: Una relación obsesiva no surge por sorpresa. Hay que tener una personalidad tendente a ella y, si ya se tiene una así, seguro que ha habido más, aunque sean de amistad. Es necesario trabajar la dependencia emocional en una terapia individual antes que en una de pareja.
- Controlar la ansiedad: Los miedos más comunes en una relación son los celos, el dinero, el trabajo, el ocio por separado. Estos miedos producen ansiedad. Para aprender a gestionarlos de la manera más conveniente, tendremos que empezar aumentando primero nuestra confianza y seguridad en nosotros.
- Expresar la ansiedad: Especialmente importante cuando la relación comienza: reconocer y ponerle nombre a los miedos es fundamental para combatir eso que nos hacer creer que no disponemos de los recursos para gestionar lo que nos pasa. Callarse aumentará nuestro nivel de ansiedad. No se trata de evitar decir aquello que nos preocupa por no incomodar al otro, si no de no vivir incómodos con uno mismo”.
- Ver el pasado desde otra perspectiva: Es imposible avanzar o aprehender herramientas si no echamos una mirada responsable a nuestro pasado como ‘media naranja’ de otra persona. Más que de arrepentirse, se trata de comprender qué paso. De mirar la situación sin la carga emocional que tenía en ese momento, para ver dónde nos enredamos, dónde no sabemos poner límites. Esto no es más, en definitiva, que aprender a responsabilizarnos de lo que nos pasa.