Entre los múltiples beneficios que tiene el sexo, como elevar la autoestima, dormir mejor gracias al aumento de prolactina tras el orgasmo y la reducción del riesgo de padecer cáncer de próstata en los hombres, también ayuda a acelerar el metabolismo.
Al ser una actividad física que puede durar un tiempo variable, dependiendo de la pareja, se podrían quemar entre 200 y 400 calorías por encuentro, según la Sociedad Internacional de Medicina Sexual. Aún así, para lograr que el encuentro dé el resultado deseado es importante desempeñar un papel más activo en la cama, es decir practicar más posturas o intensidad para poner a trabajar diferentes grupos musculares.
En ella el hombre se acuesta con las piernas abiertas y las rodillas ligeramente flexionadas, mientras que la mujer sitúa su cadera entre las piernas de la pareja. Al estar el uno frente al otro y tener el peso del cuerpo soportado en los brazos, esta postura es ideal para poner a trabajar la zona pélvica, los abdominales y la espalda.
Si bien esta postura es difícil de realizar por su exigencia física, es de las más efectivas para quemar calorías. La mujer se coloca como si fuera a realizar una flexión, apoyada en sus brazos, mientras que el hombre levanta los glúteos de la pareja durante el acto. Esta postura ayuda a fortalecer los brazos y el pecho.
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Es una de las preferidas para algunas parejas ya que permite el contacto visual durante todo el acto. Mientras disfrutan de un momento romántico, la pareja pone en ejercicio la zona de los glúteos al mantener la resistencia y el peso. En esta, el hombre se sienta y cruza las piernas como la postura del loto del yoga, mientras que la pareja se sienta encima y le rodea la cintura con las piernas.
Esta postura está dirigida a la mujer ya que la pareja se acuesta sobre su espalda con las piernas cerradas. La pareja extiende las piernas y se sienta sobre el hombre, con las pantorrillas hacia atrás. ‘La amazona’ ayuda a trabajar los cuádriceps, abdominales y los brazos.
La última postura representa un mayor esfuerzo físico para los hombres pues requiere que pueda soportar el peso de su pareja. De pie el hombre carga a la pareja y la sostiene en el aire mientras dura la penetración, para aumentar la intensidad puede caminar y cambiar de lugares. Pone a prueba la resistencia y fortaleza de los brazos, espalda y zona abdominal.
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