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Una de las situaciones que más podrían avergonzarnos como padres es que nuestros propios hijos nos encuentren teniendo sexo, pues más allá de la pena que se pueda sentir, lo preocupante del caso es el ejemplo que se les pueda estar dando a los pequeños.
Aunque no lo creamos, esto sucede muy a menudo entre las familias y representa uno de los grandes temores de los padres. Incluso, hay casos en los que deciden dejar de lado su vida sexual para no arriesgarse a que esto suceda.
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Mil cosas pasan por la cabeza de los padres cuando sus hijos los encuentran teniendo sexo, pues empiezan un sinfín de preguntas que son muy difíciles de responder, por lo que la pareja entra en un estado de shock y no sabe cómo reacciones ante esto.
¿Qué hacer en estos casos?
Aunque lo ideal es que este tipo de situaciones no existan, sí en algún momento te pasa lo más importante es que guardes la calma y sepas que hay formas adecuadas para manejar estos casos.
Lo primero es saber que a diferencia de lo que muchos piensan, la mejor solución es hablar del tema. Bajo ningún motivo se recomienda que los padres hagan caso omiso ante una situación de estas.
Según Nereyda Lacera, médica sexóloga, ignorar la situación “provoca que los niños perciban los temas sexuales como algo misterioso, oscuro o malo porque sus padres se enfurecieron o se avergonzaron”, expresó en un artículo de ‘ABC del bebé’.
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Luego de saber que no debes ignorar la situación, te dejamos algunos tips que podrían ser útiles para enfrentar esto.
- Mantén la calma: hay que actuar lo más natural posible luego de que tu hijo los haya encontrado teniendo sexo.
- Vístete: ponte tu ropa de inmediato y sal con el niño y pregúntale por la razón por la que fue a tu habitación. Quizá necesitaba algo de urgencia.
- Habla con el niño: deberás comentar la situación con tu hijo y decirle que no ocurrió nada malo y no debe preocuparse.
- Explícale la situación: puedes decirle de una forma muy respetuosa que los padres se aman y por ello tienen momentos de intimidad que son necesarios para que se sigan amando.
La clave está en preguntarle a los niños qué piensan y qué sienten y responder sus preguntas en caso de que las tengan. Es importante que tengas en cuenta que la charla tampoco debe incluir muchos detalles que quizá el pequeño no pueda entender.
