Es difícil medir el impacto de personalidades que incluso después de la muerte siguen ejerciendo una gran influencia sobre sociedades enteras. Tal es el caso de la Reina Isabel II, quien después de haber estado en el trono por más de 70 años, aún es un referente cultural, cuyo nombre e imagen permanecerán en el tiempo.
Sin embargo, con su partida y la coronación de Carlos III como el nuevo monarca del Reino Unido, son muchos los cambios que deberá efectuar la corona y quienes se relacionaban con la familia real.
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Como las empresas con el ‘Royal Warrant of Appointment‘, un permiso concedido en su momento por Isabel II, que las acreditaba como proveedores oficiales de la Casa Real Británica.
Y aunque podrán seguir utilizando este reconocimiento durante los siguientes dos años, en algún momento tendrán que volver a solicitarlo al nuevo monarca, lo que supondría un ajuste, al menos dentro del Reino Unido.
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Un protocolo al que tendrían que ajustarse Coca-Cola, Heinz, Unilever, Johnnie Walker, Dubonet Waitrose, Twinings, Selfridges, Bollinger, Fortnum & Mason, Bidfood, Cadbury, Premier Foods, British Sugar, Britvic, Martini, Matthew Gloag & Son, Gordon’s y Pimm’s.
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