“Es un dolor horrible, pero la verdad yo fui feliz cuando me operé las orejas”, recordó la actriz.
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Sus amigos y familiares afirmaron que, desde pequeña, gracias a bullying, Torres tenía diferentes complejos con sus orejas; como se le salían, tenía la costumbre de ponerse unas cintas detrás para pegárselas o cubrirlas con el cabello.
“Hoy no lo vuelvo hacer, no vuelvo a pasar por ese dolor; es muy fuerte, solo que en ese momento mi alegría por no tener más las orejas paradas y que ya no me llamaran Dumbo era más fuere”, contó Coraima.
La carrera de Torres empezó a crecer sin parar, llegaron contratos, protagónicos y fue encantando con su disciplina y amor a más de un compañero de trabajo; directores, productores, actores y demás equipo.