Uno de los aspectos más característicos de esta producción es el “viento” que aparece cuando el “milagro” está hecho y los protagonistas se encuentran en su momento de reflexión, pero ¿de dónde salió la idea para incluirlo?
Mercado, ante su falta de ideas, decidió ir hasta la Basílica de Guadalupe para inspirarse y efectivamente allí surgió algo. Resulta que en el lugar sintió “un viento fresco y reparador”, fue así como se dio cuenta que eso mismo quería reflejar en el proyecto cada vez que se cumplía la súplica de una persona.
La primera vez que se utilizó este recurso fue en el capítulo número 26 sobre “La maestra Estelita”, una mujer que se dedicaba a la docencia y deseaba hacerlo hasta el último día de su vida, pero estaría por ser jubilada. Al ver que la profesora perdería el empleo y de paso su casa, los estudiantes hacen todo lo posible y logran ayudarla.