Su Historia
Es increíble como a través de las canciones hemos estado comunicados durante años unidos por una misma sensibilidad y el amor a la música.
Todos los días al despertarme me pregunto porque canto?… y desde hace muchos años la respuesta es siempre la misma: la música es algo mágico y maravilloso que une a las personas y me permite una comunicación instantánea con ellas.
Ni el cansancio, ni las pocas horas de sueño después de las giras, ni extrañar a mis seres queridos, a mi casa o mi propia cama, han podido hacer que abandone este camino que comencé a transitar profesionalmente a los 15 años.
La emoción de la gente ante un tema, la nostalgia o la alegría al recordar alguna canción, una mano extendida en señal de afecto y amistad en medio de un show, esa clase de comunicación absolutamente espiritual llena mi corazón de una felicidad incomparable.
Agradezco a Dios infinitamente la posibilidad de escribir e interpretar canciones y además el regalo de llegar a tantos públicos y países diferentes de América.
He alzado mi voz mirando las montañas de Quito y Medellín, los cielos de Panamá, los caminos de Chile, la tierra roja del Paraguay, los tranquilos atardeceres uruguayos, las playas brumosas de Lima y muchísimas ciudades de EE.UU. y Europa donde cante para mi gente latinoamericana.
Y por supuesto la Argentina mi tierra, que he recorrido prácticamente a lo largo y a lo ancho. He cantado en pueblitos y en grandes ciudades, para 200 personas y para 20.000 con el mismo amor y la misma pasión.
No creo en divismos, pienso que los cantantes estamos al servicio del pueblo, para interpretarlo y acompañarlo con nuestra música.
Si volviese a nacer, volvería a cantar con la mismas ganas porque la felicidad que la música y ustedes me han obsequiado en esta vida no tiene precio.”
Fuente: Liliana Maturano (Tormenta) / www.tormentacantante.com