Se llegó el día tan esperado de su boda y en medio de la ceremonia algo llamó la atención de Cíntia, una fonoaudióloga que trabaja con pequeños.
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Al girarse se llevó una gran sorpresa, todos sus pequeños estudiantes, niños diagnosticados con síndrome de down, se unieron en un plan junto al que sería su futuro esposo, para ser ellos quienes les entregaran los anillos de matrimonio, haciendo estallar a su terapeuta en lágrimas de felicidad.
El lazo que une a esta mujer con sus pequeños es demasiado fuerte y la felicidad que sintió al verlos en su boda para “robarse el show” fue indescriptible.
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Cíntia no se lo esperaba, fue una hermosa sorpresa que se robó el corazón de todos los asistentes a la boda y que quedará marcado en cada uno de sus corazones, invitándonos a recordar la importancia del amor, que no tiene ninguna barrera.