Un ejemplo de desobediencia a las normas ha sido Francia y Alemania, en donde, gracias algunos videos que han circulado en redes sociales, hemos visto que muchos ciudadanos han burlado las medidas de aislamiento y se siguen aglomerando en lugares públicos.
Según explica la profesora del centro francés Burgundy School of Business, Angela Sutan, de acuerdo a investigaciones que se han realizado en economía del comportamiento, el problema está en las personas indecisas ya que si se dan cuenta que otros no cooperan, ellos tampoco lo harán, lo que los convierte en los más importantes y peligrosos.
Además, las redes sociales se han convertido en un factor importante porque allí se crean bastantes conductas positivas y negativas, como afirma Sutan mientras que unos “Piensan obtener un beneficio si van al parque porque han mostrado un acto de valentía”, otros muestran su desaprobación y pueden hacer que esas personas reflexionen sobre su comportamiento.
Dicho esto, la mejor manera de que las personas obedezcan las medidas de confinamiento, es reforzando las sanciones y haciendo un llamado a la responsabilidad que tenemos como ciudadanos, por ejemplo, en Francia las autoridades exigen un formulario en donde se debe justificar por qué se ha salido a la calle.
Esto funciona, porque como explica el investigador Thierry Aimar: “Cuando pones tu firma en un papel, hay un mecanismo que hace que la gente, si ya eran personas dispuestas a respetar las reglas, deseen también respetar este compromiso”.
Como hemos visto en Rusia, Bélgica e incluso Colombia, ya se han dictado sanciones y multas para quienes incumplan con las medidas que ha tomado el gobierno en cada país. Así como lo ha dictado la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien anunció que aquellos que violen las normas tendrán que pagar hasta un millón de pesos.