A veces hacemos una lectura de perdida, frente a una ruptura amorosa. Es normal, se perdió algo que nos gusta, que nos hacía bien, pero, que posiblemente, dejó de tener estos matices positivos.
A veces se termina, queda un gran dolor, pero, al margen de las razones por las que la relación quedó atrás. Terminar implica asumir una nueva etapa.
En la pérdida de un amor nacen las oportunidades
Cuando una relación terminó, por más duro que sea, tenemos la obligación personal de empezar a ver la vida desde otra perspectiva.
Sí, es duro, pero hay que darle la bienvenida al dolor, el cual puede ser liberador.
Quizá con una dura lección, pero a fin de cuentas liberador, porque nos permite replantearlo todo. Esto requiere dejar de mirar hacia atrás.
Sí, se termino
Ante la pérdida tenemos que tener la capacidad de decirnos a nosotros mismos:
Terminar, es tomar consciencia: la vida sigue
El dolor de la partida me hace cerrar los ojos e imaginar que no es real. Pero cuando miro hacia adelante, aunque no tengo claro hacia dónde voy, si hago las cosas bien, te aseguro que no repito los mismos errores, creo que podría estar mejor.
Esta es una clave sana. Ella tiene una visión de aprendizaje, este es el camino, no hay otro, no tiene sentido desgastarse en la negación.
Pues a partir de ella, no vamos a crecer, podría ser que se cometen los mismos errores, entonces, todo este dolor deja de tener sentido.
A veces, vemos la ruptura, como una gran pérdida, pero estabas en una relación que te daba motivos para vivir en paz.
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