Es famosa desde adolescente. Preséntese a quien no la conozca.
Soy Paulina, una mujer que está viviendo su sueño, que es la música, muy afortunada, muy viva y con muchas ganas de más.
¿No se cansa nunca?
Los domingos por la noche, sobre todo si vengo de gira o de concierto y estoy cuidando a mis dos hombrecitos preciosos.
¿No hay rutina en su vida?
A veces. Si no estoy trabajando, la rutina es parte de la educación de mis niños.
¿Siguen llamándola “la chica dorada”?
Llámame como quieras. Si lo haces con cariño, no me importa.
¿Se lleva bien con el espejo?
Me llevo muy bien con el espejo. Y con los lagos, como Narcisa.
¿Y consigo misma?
Soy mi mejor amiga. Me quiero más que a nada. Me gusta mucho estar conmigo. Estoy en paz.
¿Antes no lo estaba?
No. Es algo que se aprende con el tiempo. El tiempo te enseña muchísimas cosas. Soy muy leal a mí misma. Cuando termino un concierto, o de hacer deporte, estoy en casa y es increíble estar conmigo misma. Mi cama es mi refugio en cualquier parte del mundo. Porque estoy en paz conmigo misma.
¿Nunca le gustó el encierro?
Jamás. ¿A quién le va a gustar eso?
¿Cómo ve a las nuevas artistas latinas que vienen pisando fuerte?
Me inspiran mucho. Cada generación se reivindica. Lo hizo mi madre, mi abuela, mi bisabuela. Que se apoyen a sí mismas, que se liberen y nos liberen. La sangre nueva tiene mucha garra. Son valientes, atrevidas, talentosas. Todas las mujeres somos hermosas.
¿Le parece que las redes sociales, con su falta perfección, fomentan la frustración y la envidia?
La envidia no tiene que ver con tener 20 o 40 años. Yo envidio a la gente que sonríe mucho. Cuando tienes un legado detrás, el complejo del tiempo es una estupidez. Lo que más vale es tu sonrisa.
¿Lleva siempre un ventilador en el bolso?
[No le gusta la pregunta] No, bueno, quizá abstracto, seguramente lo llevo en mi cabeza. Si quieres te regalo uno.
¿Le importa? Lo que se diga de usted, digo.
Me tiene muy al margen. No me importa si no me conoces. Lo que piense la gente de mí no me quita el sueño ni me importa mucho.
¿Qué es el lujo para una diva?
Mi máximo lujo es estar desnuda en una playa. De incógnito total. Definitivamente, eso es el lujo.
En: ElPaís.com / Gente