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Siete cosas que puedes hacer para disfrutar con tus hijos

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Haga sol o llueva el verano es ideal para compartir una vida activa y vital con los que más quieres. Descubre las ideas que tiene Kiwis Zespri® para entrenar la vitalidad en Espacio Vitalidad.

¿Te has planteado alguna vez por qué las personas vitales son capaces de hacer tantas cosas? Compartir momentos de ocio en familia te proporciona más vitalidad. Dedicar tiempo a los hijos para que adquieran hábitos saludables (cuidar su alimentación, practicar deporte o disfrutar de las relaciones con los demás) te aporta más energía.

La vitalidad es algo que puede aprenderse y el verano es un momento ideal para hacerlo con fórmulas muy sencillas como las que te proponemos a continuación.

Muévete en familia. El epidemiológico Ralph Paffenbarger decía que “por cada hora de ejercicio consigues aproximadamente dos horas más de vida”. El deporte compartido es una forma magnífica de ganar en vitalidad, mejorar la salud y estrechar lazos con los demás. ¿Quién no ha acabado agotado después de un ejercicio intenso y al mismo tiempo con ese subidón de haber disfrutado a tope? Llega el buen tiempo y con él la mayoría de las personas se siente mucho más vital, entre otras cosas, porque el ocio y las vacaciones reducen un factor negativo para la vitalidad: el estrés. ¡Aprovéchalo!

 

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Cocina con tus hijos. Si es posible, haz la compra también con ellos. Es una oportunidad para que aprendan qué alimentos son imprescindibles en la cesta de la compra, para que se diviertan en la cocina aprendiendo a utilizar los distintos productos y para que adquieran buenos hábitos de alimentación como el consumo de fruta. El 80 % de los participantes en el II Estudio de Vitalidad Zespri® valora la fruta fresca como la opción más saludable para desayunar y, sin embargo, solo el 8 % la toma. El kiwi es rico en vitamina C y fibra. Según el estudio, quienes toman fruta fresca en el desayuno tienen mayor vitalidad.

Acepta las invitaciones. Haz vida social con tus hijos: súmate a los planes que te propongan y sé también proactivo, planifica tú otras actividades. Como dice la consultora en comunicación Teresa Baró, “te ayudará a mantener buenas relaciones sociales y a entrenar habilidades de comunicación. No olvides que estás preparando su equipaje vital para toda la vida”. Los contactos presenciales no anulan otras posibilidades de mantenernos en contacto con la familia o de entablar nuevas relaciones a través de las redes sociales; Twitter o Facebook, bien utilizadas, también te pueden ayudar a estar más vital.

Cambia de planes. A veces no todo sale como tenías previsto; el mal tiempo o la picadura de una medusa obligan a adaptarte a las circunstancias. Los contratiempos, los problemas, pueden restarte vitalidad, hay que afrontarlos y resolverlos. Ese es un buen aprendizaje para tus hijos. La adaptación es más fácil si se tienen intereses variados y la planificación, por ejemplo, de unas vacaciones incluye distintas actividades: playa, visitas culturales, senderismo, conciertos…

Reírse es la mejor medicina. Reduce el estrés, baja la tensión arterial y oxigena la sangre. Reírte es una fuente de vitalidad, libera en el cerebro las mismas endorfinas y químicos relacionados con el placer que el ejercicio físico. En verano, seguro que dispones de más tiempo que el resto del año para estar en familia, y esa relajación da lugar a muchos momentos cómicos de esos que se recuerdan toda la vida. El psiquiatra Freddie Frankl decía que “una sonrisa vale por dos pastillas”. ¡Y no tiene efectos secundarios!

Contagia buena energía. Recibes lo que das, los pequeños gestos (reconocer las cualidades de los hijos, premiar su responsabilidad, etc.) es una forma de cultivar la vitalidad. Todos necesitamos y nos gusta sentirnos aceptados y queridos. Una manera ideal de alimentar la vitalidad es compartir las tareas de casa porque refuerzan la sensación de pertenencia a un grupo, dan vitalidad.

Soñar para vivir. En verano, hay tiempo para todo, también para dormir a pierna suelta (por la noche, en la siesta…). Es imprescindible para mantenerte vital y con salud. El sueño profundo activa la segregación de la hormona del crecimiento que repara los tejidos del cuerpo y estimula el sistema inmunológico. Dormir es, además, el complemento perfecto del ejercicio: si nos movemos durante el día, descansaremos mejor por la noche; y si dormimos lo suficiente, rendiremos más en cualquier actividad física.

En: Buena Vida / ElPais.com

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