La fama y las mujeres. “Resulta abrumador tener que ser siempre el más educado, el más elegante”, cuenta el cantante. Siente que su ocurrencia ha de ser siempre la más ingeniosa. “¿Tuvo gracia el chiste que conté o ríen y me hacen la pelota porque soy Julio Iglesias?”. La fama también le lleva a dudar de sus conquistas: “¿Cuando salgo con una mujer, cuando la tengo en los brazos, por hermoso que sea el momento siempre me hago la misma pregunta: ‘¿Viene conmigo por lo que soy o por lo que represento. Eso me hace dudar mucho y sufrir bastante”.
Infidelidades. Isabel Preysler no era ajena a las fans que rodeaban a su marido y los incontables idilios reales o inventados que se le atribuían. Ella confesó su hartazgo cada vez que llamaba a su marido y una voz femenina respondía. El Daily Mirror publicó que el cantante había confesado haberse acostado con hasta 3.000 mujeres. “Es verdad que he disfrutado de la fascinación de vivir intensamente. Pero de eso a que duerma con 3.000 mujeres… Le dije a mi mánager: ‘Ni se te ocurra desmentirlo”. En 1976, el matrimonio tuvo una fuerte discusión. Ahí comenzó el final de su historia. “Julio, tú tuviste que pedirme muchas veces que nos casáramos pero yo te voy a decir solo una vez que nos separamos”. Así acabó Isabel Preysler con su matrimonio meses después.
Sus diferencias con su hijo Enrique. Al cantante no le gustó que su hijo actuara a sus espaldas y preparara su primer disco. Lo hizo con el apellido Martínez y con una supuesta nacionalidad guatemalteca. “Un día mi padre me llamó y se lo conté. Le dije: ‘Si me va bien, me va bien y si me va mal no podré culpar a nadie”. Julio ha contado: “Me enteré de que mi hijo iba a ser cantante por un amigo”. Cuando Enrique llevaba millones de discos vendidos le dijo: “Bueno, pero nunca vas a tener un Grammy”. Enrique lo logró en 1996. Padre e hijo acercaron posiciones en la Navidad de 2018, en una comida en la que el artista conoció a sus nietos gemelos.
Mediador internacional. José Bono, ministro de Defensa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, utilizó al cantante para mejorar las relaciones con EE UU. “No le conocía y me preguntó si le podía ayudar para entrevistarse con Rumsfeld (secretario de Estado). No conocía a Rumsfeld pero sí a Kissinger y a Óscar de la Renta —que cosía a su mujer—. Lo trataron muy bien. Puse un poco de vaselina entre los Gobiernos y se arregló alguna cosa”.
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