Según Bang Media “La minina de raza birmana se había convertido en la niña de sus ojos en sus últimos años de vida y en varias ocasiones el carismático modisto había asegurado que estaba incluida en su testamento como su heredera apuntando con ironía que era toda una suerte que él fuera alemán, un país cuya legislación sí permite dejar dinero a un animal a través de una fundación, al contrario que en Francia, como recordaba ayer el periódico Le Monde”.