En total, se utilizan unos 8.000 compuestos químicos diferentes en la producción textil, muchos de ellos considerados de alta toxicidad. Sin ir más lejos, el clásico olor a nuevo de la ropa viene del formaldehído, el mismo compuesto que se utiliza para embalsamar, y que, en ciertas dosis puede producir desde dermatitis a problemas respiratorios.
La pasada primavera, un equipo de investigadores españoles publicó un estudio al respecto en la revista científica Environmental Research. “El contacto a través de la piel parece que no preocupa tanto a la sociedad y a sus legisladores como la inhalación (contaminación ambiental) o la ingesta (dieta) de compuestos químicos”, apuntan.Tras el análisis de cientos de prendas en busca de compuestos tóxicos comunes, concluyeron que las cantidades eran “preocupantes”. Entre ellas, las dosis de antimonio en las prendas vaqueras.
El nivel de toxicidad es especialmente elevado en la ropa técnica, sobre todo en las prendas técnicas impermeables, resistentes a la combustión, antimanchas o antiarrugas. La mayoría utilizan compuestos fluorinados que, en ciertas dosis, pueden afectar a la salud del portador. De ahí que, por ejemplo, marcas como Levi’s o The North Face dejaran de vender productos que repelen las manchas hace un par de años.
Otro estudio reciente, esta vez elaborado por la asociación GreenAmerica, encontró “poca transparencia” en los procesos de producción de J. Crew, Urban Outfitters o Forever 21, entre otros. “Es lento y laborioso erradicar su uso, pero sería fácil detallarlo”, afirman.
En España, la Organización de Consumidores y Usuarios lleva varios años pidiendo que las etiquetas detallen, además de los tejidos, ciertos químicos utilizados en la producción de cada pieza. Hablan, entre otros, de los azoicos, usados para teñir y potencialmente carcinogénicos; o de los metales tóxicos (plomo, niquel, etc.) recurrentes en el curtido de las pieles. La solución pasa por dedicar inversión en materiales reciclados y en investigación para sustituir lo sintético por lo natural. Mientras eso ocurre, lo mejor es lavar siempre la ropa antes de estrenarla.