En una ocasión un hombre pasaba por un campamento de elefantes y los vio atados a una pequeña cuerda que no estaba pegada a nada pesado, pero aun así los elefantes no se movían. El hombre le preguntó a los domadores por qué los elefantes no se desataban y ellos respondieron que desde pequeños los habían atado a esa misma cuerda y como a esa edad no podían desatarse los elefantes morían pensando que nunca lo iban a hacer.
A veces nos pasa eso, no somos felices con ataduras que fácilmente podemos soltar y seguir adelante.
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