En su opinión profesional, las escapadas acompañadas de sus progenitores son mucho más valoradas por los menores que cualquier obsequio material, sin importar lo caro que sea, ya que esas experiencias compartidas les permiten crear recuerdos que atesorarán toda la vida: “Si va a gastar en algo, está muy claro cuál es la opción adecuada”.
Al igual que los adultos, los más pequeños de la casa también disfrutan rompiendo con la rutina y saliendo de su entorno habitual, la única diferencia es que ellos valoran otros aspectos de los viajes: las atracciones culturales, por ejemplo, pueden resultarles mortalmente aburridas, y por eso resulta muy importante ponerse en su lugar a la hora de organizar cualquier escapada, para que resulte así interesante para todos los involucrados.
En todo caso, el objetivo final, como recuerda Oliver, es favorecer la comunicación entre padres e hijos: “Compartir un helado y pequeños momentos que demuestren que se valoran genuinamente los interesantes de los más pequeños”.
En: Bang Media