En la actualidad, que tanto se busca la perfección estética, y la salud de nuestra piel y organismo, se han creado diferentes mitos que no son reales y muchas personas creen, aquí desmentiremos varios de ellos.
1- “La leche sin lactosa es más ligera y más digestiva”
El origen: La gente cree, de manera infundada, que la leche sin lactosa es más sana y engorda menos. Pero la única particularidad es que ésta contiene la enzima lactosa, una que nuestro cuerpo segrega de forma natural si no hemos sido diagnosticados como intolerantes a la lactosa.
La realidad: La lactosa se compone de glucosa y galactosa (un azúcar naturalmente presente en la leche), que nuestro cuerpo metaboliza sin ningún problema gracias a la enzima lactasa. La leche sin lactosa lleva esta enzima añadida de forma especial para aquellas personas intolerantes cuyo organismo no es capaz de segregarla.
2- “Los cosméticos con parabenos son tóxicos”
El origen: Un estudio científico de hace años demostró que algunos parabenos tenían funciones estrogénicas, que se podían comportar como hormonas en el organismo. Pero se trataba de dosis más de mil veces superiores a las de un cosmético que, además, no se ingiere sino que se aplica sobre la piel. Se hablaba en el estudio de parabenos de cadena larga, que nunca se utilizan en cosmética, pero la noticia se viralizó y acabó pareciendo verdad porque las marcas se sumaron al eslogan “sin parabenos”.
La realidad: Los parabenos se utilizan en cosmética desde hace más de 70 años. Son conservantes y tienen función antifúngica y antimicrobiana. Debemos utilizarlos en los cosméticos para protegernos nosotros y proteger al propio producto de que sea degradado o contaminado.
3- “La industria alimentaria quiere que consumamos ultraprocesados”
El origen: El movimiento real food se basa en unos principios básicos positivos, como el de comer alimentos cuanto más naturales y reales mejor. Pero induce miedo alrededor de la industria alimentaria, genera rechazo hacia los aditivos y los productos procesados, crea sentimiento de culpa y, en definitiva, convierte la relación con la comida en un trabajo.
La realidad: No es real que la industria alimentaria sea Matrix. Dentro de esa industria están unas galletas ultraprocesados, pero también los plátanos que llegan de Canarias hasta tu casa o, por ejemplo, la leche, que ses un alimento procesado.
4- “Muchos cosméticos se testan en animales, debemos apostar por los cruelty free”
El origen: Muchas marcas siguen utilizando el sello ‘cruelty free’ como una estrategia de marketing. Ninguno de ellos es oficial ni realista ni ha tenido que demostrar nada.
La realidad: Hace más de 10 años que se prohibió por ley la experimentación con animales para testar cosméticos. Tampoco se hace en otros países como China para luego importarlos a Europa… El reglamento sobre los productos cosméticos recoge estas indicaciones en uno de sus capítulos dedicado a la experimentación animal.
5- “El azúcar moreno es mejor que el azúcar blanco”
El origen: Se está sustituyendo en muchas ocasiones simplemente por creer que engorda menos o que contiene vitaminas y minerales.
La realidad: Mientras el blanco es un 95% sacarosa y un poquito de agua, el moreno es un 85% sacarosa y un poco más de agua con melaza, que es también sacarosa que no ha cristalizado y se ha tostado (de ahí su color).
6- “El agua cruda es más saludable”
El origen: El agua cruda no está analizada ni tratada y proviene de fuentes y reservas naturales de aguas superficiales y subterráneas.
La realidad: Si uno de los mayores avances de la sociedad fue el poder filtrar el agua y conseguir que no actuase como transmisora de enfermedades, bacterias, olores… etc, el agua cruda se revela como una moda antiprogreso.
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