Asfixiarlo
Si él está pasando por alguna clase de crisis o sencillamente te haya dejado de querer, no permitas que el miedo te haga creer que si estás pegada a él todo el día, llenándolo de mensajes, llamadas, visitas, él no se va a ir. Todo lo contario, déjalo pasmado con tu actitud: compórtate como una mujer serena, comprensiva, valiente, que entiende por lo que él está pasando y dale su espacio.
Tratar de hablar todo en un solo día
Encontrar los espacios adecuados para tener este tipo de conversaciones no es suficiente. Es necesario que te calmes, que aprendas a hablar y a escuchar. Que la conversación no se convierta en un tire y afloje y en un intercambio de insultos porque lo único que vas a lograr es alejarlo más. Cálmate, respira profundo, hazle saber con amor que esa conversación es muy dura para ti y no quieres ni hacer ni que te hagan daño.
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Presionarlo
Frases como “¡decídete ya!”, “¡Si no tomas una decisión inmediatamente te dejo!”, “¡Tus hijos necesitan saber!”, etc, son palabras que bajo ningún motivo puedes utilizar. Intentar presionarle no solo lo alejara más sino que abrirá en ti heridas que creías cerradas.
Reprocharle todo
Culpabilizarte
Viki Morandeira, directora de Coaching para Protagonistas en España, aconseja ‘para dejar de buscar culpables, debes desterrar de tu mente las ideas o pensamientos irracionales que postula: ‘La vida debería ser bonita’ ‘Las personas que uno quiere no deberían hacernos daño’.
Ser como detective
Si ha habido una o más infidelidades, saber el cuándo, cómo, dónde no te servirá de nada. Lo único que lograrás es hacerte mucho daño. Si has decidido perdonar una infidelidad, tienes que tener la fuerza para hacerlo, olvidar y dejar el pasado donde pertenece: en el pasado.
Tomar represalias
De nada sirve querer vengarse. Buscar hacerle daño a la persona que tanto amaste y por la que te encuentras sufriendo, solo empeorará las cosas. Puede que momentáneamente te sientas aliviada, pero con el tiempo traerá amargura y remordimientos.
Creer que el problema es de él
El hecho de que esté pasando por una crisis no significa que todas las culpas tengan que recaer sobre él. Pregunta en tu interior y analiza cómo ha sido tu desempeño en la relación, qué cosas has dejado de hacer que a él le encantaban.