Muchas de estas cuentas tenían miles y hasta millones de seguidores, por lo cual sus propietarios veían en ellas un apoyo económico mediante la publicidad de otras cuentas por montos que rodeaban los 200 dólares.
Al respecto Facebook, propietaria de Instagram, dijo que no era ilegal promocionar productos u otras cuentas en los perfiles, pero no especificaron cuáles conductas incidieron en la baja de estas cuentas.