Un equipo de científicos suecos y británicos ha descubierto ahora que la elección de tener o no perro está muy influenciada por la composición genética de un individuo, un aspecto que también podría influir en ese efecto sanador.
“Nos sorprendió ver que la composición genética de una persona parece tener una influencia significativa en si posee un perro. Como tal, estos hallazgos tienen implicaciones importantes en varios campos diferentes relacionados con la comprensión de la interacción perro-humano a lo largo de la historia y en la historia moderna”, explica Tove Fall, autora principal del estudio.
“Aunque los perros y otras mascotas son miembros comunes de la familia en todo el mundo, poco se sabe de cómo influyen en nuestra vida diaria y nuestra salud. Quizás algunas personas tienen una mayor propensión innata a cuidar de una mascota que otras”, agrega.