La técnica consiste en crear una conciencia que le permita hacer un balance entre sus egresos e ingresos, priorizando los gastos entre los vitales y los de entretenimiento.
Para lograrlo, no se necesita más que una libreta y anotar en ella cada gasto diario, semanal, o simplemente detallarlos por categorías. ¡Ánimo! Pues sólo se necesita entusiasmo, constancia, y muchas ganas.
Una vez esté escrito cada egreso delicadamente, el siguiente paso tiene que ver con clasificar los gastos entre: transporte, alimentación, arriendo, pensiones, servicios, ocio, y demás.
Con lo anterior aprenderá a eliminar ‘gusticos’ que no podrá satisfacer o que simplemente no va a alcanzar a cubrir. Mejor dicho, ¡A eliminar lo que no es elemental!
De acuerdo con Fumiko Chiba, la autora de Kakeibo, el propósito de anotarlo todo y clasificar las necesidades en categoría, le permite reflexionar sobre cuatro preguntas clave:
¿Cuánto dinero consiguió ahorrar?
¿Cuánto dinero le hubiese gustado ahorrar?
¿Cuánto dinero está gastando en realidad?
¿Qué cambiaría el mes que viene para mejorar?