Menos envases. Huir del plástico, sustituirlo por vidrio o metal cuando se trate de líquido o comida. Usar bolsas de tela para comprar, huir de los envasados. Pasarse al champú y jabón en pastilla y los desodorantes de piedra de alumbre, que duran años, al igual que la copa menstrual en el caso de las mujeres, en vez de tampones y compresas.
No a las toallitas. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que producen “atrancos en cañerías, graves problemas en las redes de saneamiento y tienen un gran impacto ambiental porque contribuyen a la dispersión de microplásticos”.
Menos consumo más sostenible. El paso más inmediato y urgente es reducir el consumo, que sea sostenible: menos cosas de mejor calidad y con bajo o nulo impacto ambiental.