Esta mujer proveniente de Texas se volvió famosa a nivel mundial al postear en redes el antes y el después de sus tenis Converse. Tal fue la repercusión que se puede hablar del método Sarah Tracey.
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Un método que consiste en: mojar ligeramente las zapatillas, mezclar en un tazón bicarbonato y detergente, frotar las zapatillas con un cepillo de dientes allí donde las manchas son más visibles y dejar reposar un rato. Después, meter las zapatillas impregnadas de polvo de talco en la lavadora sin poner detergente, y listo.
Amoníaco y paciencia
Es el remedio casero más clásico y extendido, que madres y abuelas recomiendan desde el principio. Consiste en diluir el bicarbonato con un poco de jabón de lavaplatos y agua. Se remueve bien la mezcla hasta que el amoníaco esté completamente diluido y una vez conseguido, con la ayuda de un cepillo se frota con esta mezcla donde estén las manchas.
Crema de dientes y borrador escolar
Si los zapatos blancos son de cuero es mucho más sencillo de los que crees. Basta con un poco de pasta de dientes y un cepillo para frotar en cada mancha que veas hasta que no veas ni rastro de ellas. Otra opción que también sirve es la el borrador escolar de toda la vida.