No sé si te ha pasado, que en determinado momento, tenés una relación sea de pareja o familia, queremos mucho a esta persona, compartís mucho con esta persona, forma parte importante de tu vida, tiene un lugar especial en tu corazón.
Pero, las personas nos equivocamos, de un momento a otro, un día, esta persona hace o dice algo, te duele o te lastima, no tenía la mala intención de hacerlo, quizá actuó por impulsividad, o le faltó un poco de reflexión, de sensatez y de prudencia, cometió un error.
¿Te dolió? ¡Claro está, te molestó! No fue para nada agradable, pero la otra persona se disculpó, explicó el porqué de eso que hizo, y te pidió una oportunidad, entonces vos sin consideración alguna, simplemente no le das esta oportunidad.
Esta persona cometió un error, y te pregunto ¿será que vos no te equivocás? ¿será que no podés ser misericordioso, comprensivo? ¿No te importa la historia?
Sólo le vas a prestar atención a ese hecho ¿y todo lo bueno que has vivido con esta persona dónde queda? Te parece justo desechar una relación por un evento doloroso.
Creo que cuando nosotros a partir de un solo evento, modificamos todo lo que esta persona es, tenemos que revisar el concepto perdón, el concepto amistad y preguntarnos qué complica más las cosas, el error de la otra persona, o nuestra actitud ante ese error.
Dr. Rafael Ramos
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