En nuestras relaciones interpersonales, tenemos que tener algo muy claro, éstas son un reflejo de las acciones de dos personas que tienen un proyecto de relación, y su forma de ser y estar determinan la calidad de dicha relación.
Todos hemos tenido momentos de tensión, desacuerdos, complicación, que nos obligan, a escuchar, entender, negociar y proponer. Cuando en el amor se presentan dificultades, el reto que tenemos es:
Esto requiere un ejercicio de análisis comprensivo, que nos permita buscar lo mejor para ambos, porque en toda relación, por encima de los conflictos y los desacuerdos, se debe procurar el bienestar.
Pero cuando una persona funciona desde el capricho:
Cuando una persona funciona desde el capricho está funcionando desde las emociones, esto crea graves y profundas complicaciones.
En cualquier relación humana, vos sabes muy bien cuando estás funcionando desde el capricho, todos podemos darnos cuenta cuando no nos da la gana hacer nada y simplemente nos especializamos en molestar, fastidiar y complicar.
Estar con una persona que, ante cualquier complicación, lejos de proponer, lo que hace es joder, simplemente porque funciona desde el capricho nos pone frente a dos situaciones para poder resolver, si dejás de lado estas actitudes infantiles y asumís un patrón más maduro, o cada vez que haces esto, das más razones para huir de vos.
¿Vos funcionás desde el capricho? ¡Cuidado!
Dr. Rafael Ramos
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