De pronto, vos tenés claro lo que querés, y las personas validan tu sentir, tus argumentos, te dan buenas ideas para considerar tu decisión, y sugerencias para para que al final ejecutes la decisión.
Si tenés que tomar una decisión importante, no dejés de leer este artículo: https://rafaelramoscr.com/desarrollo-personal/herramientas-tomar-decisiones-sanas/.
Pero, sobre la marcha, alguien te hace pensar en un aspecto o en otro, entonces seguís preguntando:
Hoy le preguntás a una persona y vas para el norte.
Mañana le preguntás a otra y vas para el sur.
Pasado mañana le preguntás a otro y te devolvés del sur al norte.
Entras en este proceso de idas y venidas, que hace que hablar con vos dé una absoluta pereza, porque seguís preguntando sobre lo mismo.
A vos te toca tener claro el por qué vas a hacer algo y cuáles son las razones.
A vos te toca hacer el análisis de conveniencias e inconveniencias.
Si vas a tomar una decisión te toca a vos, deja de andar buscando que las personas te digan qué hacer o depositar en ellos la responsabilidad, o sentirte incapaz de tomar una decisión.
A vos te toca asumir la responsabilidad.
Pedir consejo está bien, es para validar nuestra posición, validar el argumento, los criterios sobre los cuales estamos tomando esa decisión, desde ahí darnos a la tarea de ejecutar dicha decisión.
Pero, dejá de andar por la vida dándole vueltas en una cantaleta sin fin, que no tiene sentido ¿Vos sos el protagonista de tu vida?
Pedir consejo y orientación, está bien, pero te toca a vos trazar un objetivo, un plan, una serie de estrategias, y muy importante definir acciones, para que tu vida cambie, de lo contrario es cansado estar hablando con vos.
Dr. Rafael Ramos