Un nuevo estudio a cargo del Instituto del Cerebro de Krembil (Canadá) concluye que el café, además de aportarnos energía y concentración, nos protege contra el alzhéimer y el párkinson, informa Science Daily.
Con el objetivo de estudiar qué compuestos de la bebida disminuyen el deterioro cognitivo relacionado con las enfermedades.
El equipo identificó un grupo de compuestos conocidos como fenilindanos, resultantes del proceso de tostado de los granos de café.
El estudio demostró que los fenilindanos son elementos únicos capaces de impedir la agrupación de dos proteínas comunes en el alzhéimer y párkinson, las beta-amiloides y las proteínas tau.
Dado que un mayor tostado se traduce en mayor cantidad de fenilindanos, el café tostado oscuro parece tener un efecto protector mayor que el café de tostado claro.