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¡Cuidado con resentirse por todo!
Todos tenemos nuestra sensibilidad, tenemos derecho a molestarlos, sentirnos incómodos por algo, y por supuesto derecho a comunicarlo.
Pero, ¿te has puesto a pensar si el problema lo podrías tener vos? Antes de pensar en esta respuesta, quiero que te preguntés algunas cosas:
- ¿Sos una persona que se reciente mucho y muy rápido?
- ¿No será que tu orgullo te impide ver un error?
- ¿Será que tenés problemas para aceptar la crítica?
- ¿Te has puesto a pensar si tenés problemas para aceptar el fracaso y de ahí tus reacciones?
- ¿Qué papel juega la arrogancia en tu vida?
- ¿Realmente sos una persona que escucha?
- ¿Realmente te gusta recibir una observación de los demás? ¿Crees que la culpa siempre la tienen los otros?
Preguntas como estas pueden ser muchas, lo cierto es que quienes se resienten mucho y muy rápidamente, tienen que trabajar este tema, pues las relaciones sanas implican;
- Estar abiertos a escuchar las opiniones que tienen las otras personas sobre nosotros.
- Estar dispuestos a comprender las diferencias de criterio que tenemos con los demás y buscar los beneficios que esto tiene.
- Evitar no personalizar y hacer un drama por todo.
- Si una persona nos quiere y nos hace una observación, puede que esta sea también una expresión de cariño y la otra persona te la hace con buen sentido.
- Tenemos que estar abiertos a la crítica constructiva, al final ésta nos hace crecer.
Muchos de los procesos de resentimiento en nuestra vida, tienen que ver con nuestra mala escucha y nuestra falta de aceptación, y cerrarse a esto no nos deja crecer.
Los procesos interpersonales que no nos agradan, no necesariamente son malos, revisá si es que no te da la gana prestar atención.
Quiero recordarte que un acto de sabiduría emocional, es prestarle atención a aquellas personas que, con buen tino, confianza y libertad, se acercan para decirnos algo, resentirse por esto, es un error, cuando escuchamos algo que no nos gusta, se requiere humildad, para evitar crear una versión complicada sobre vos mismo, de continuar sobre esta vía nunca vas a crecer.
Dr. Rafael Ramos