Esto implica, poder decidir qué nos gusta y qué no nos gusta, para trazar límites sanos, y evitar estar siempre disponible a vivir esclavo de las fluctuaciones emocionales de una persona profundamente dependiente, complicada y absorbente, que terminan robándonos la libertad emocional.
Darnos cuenta de que una persona es aprensiva es importante para definir hasta dónde vale la pena continuar o no en una relación cercana y constante con una persona cuya forma de amar aprisiona tu vida.
Una persona aprensiva afecta tu libertad de tomar decisiones, tu espacio social, tu espacio afectivo, dándote muy poco margen para poder ser libre, de ahí que darse cuenta a tiempo, puede implicar una estructura de relaciones mucho más sanas.
Primero definamos aprehensión y toxicidad emocional.
Éste estilo afectivo, se caracteriza por una desproporcionada y urgente necesidad de estar sobre involucrado en el mundo de la otra persona a muchísimos niveles.
Una vez que entra en contacto con una nueva persona, el aprensivo o aprensiva gira entorno a sus actividades, absorbe su mundo, creando una presencia, si se quiere invasiva, en el que toda motivación está orientada a estar al lado de la otra persona, por muchas razones:
Ahora veamos en detalle algunas de estas características, que tienes que identificar con prontitud, para evitar verte envuelto o envuelta, en una relación complicada y de alta toxicidad emocional.
Primero, proyecta una imagen de bondad genuina y agrado constante, en las primeras etapas.
En los primeros encuentros, con una persona con estas características, con mucha frecuencia la persona se muestra:
Cuando vos solicitas un espacio, pedís un marco de independencia, las personas aprensivas suelen hacer reclamos o manipular, haciéndote creer que simplemente lo que buscan es apoyarte, estar a tu lado, pero, si vos no lo ves así, se va a hacer a un lado inmediatamente.
Su discurso cambia, en un intento desesperado por llenarte de culpa para hacerte cambiar de criterio: “no quería molestarte”, “perdóname, sólo quería amarte de esta forma”, esta circularidad se vuelve repetitiva y constante, el diálogo es infructuoso, les cuesta muchísimo aceptar que cometieron un error.
Segundo, progresivamente cuestionan tu individualidad.
Una de las características de las personas aprensivas, es que suelen tener círculos sociales nulos, o muy escasos.
De ahí la constante disponibilidad que tienen para estar con vos, puesto que no tienen una vida propia, dado que suelen moverse en el círculo social, en la agenda, en el tiempo y los intereses de la otra persona.
Desde esta perspectiva, les cuesta muchísimo comprender la necesidad que vos tienes de hacer actividades con otras personas.
Se niegan a aceptar que no quieres verlo o verla, esto les genera una profunda irritabilidad, que le digas que no puedes, o que no quieres, simplemente porque tienes otras actividades en tu agenda, les puede llegar a resultar inaceptable.
Desde ahí empieza un discurso cargado de emociones, que generan una manipulación continua y constante, lo que hace que poco a poco te haga ir sintiendo atrapado o atrapada, puesto que cualquier cosa que vos digas genera enojo, discusiones cargadas de expresiones que te hacen sentir egoísta, insensible e inadecuado.
Las personas aprensivas en una primera etapa, comparten tu mundo, se involucran, es muy posible que notes que cuando estás en tu mundo, suelan ser más apegados:
Esto se puede ver, por ejemplo:
En una fiesta con tus amigos, ésta persona llega, quiere estar a tu lado, no le habla a nadie, si te levantas un momento o lo dejas con otra persona, porque te fuiste a servir una bebida, cuando llegas ya el rostro expresa una molestia, hay silencios, reclamos.
Podría llegar a decirte “para qué me trajiste acá, si me ibas a dejar solo”, “vos sabías que no conozco a nadie”, “por qué no te preocupas por mis necesidades”.
Como si fuera una persona incapaz de moverse solo o sola, esto progresivamente afecta el ejercicio de tu individualidad, y cualquier acto en este sentido, puede ser leído como una fuerte deslealtad hacia la relación.
Lo más delicado de este proceso, es que se da con progresividad, y puede llegar a ser realmente asfixiante.
Cuando este proceso no se detiene, la persona aprensiva, empieza a desarrollar un discurso complejo:
Cuando te das cuenta, pasas metido o metida en la casa, girando en torno a esta persona o comiendo solo con esta persona, tu mundo social, podría llegar a ser casi inexistente, incluso el familiar y en casos extremos hasta el laboral.
Está circularidad absorbente y aprensiva, que te encierra en las inseguridades de esta persona aprensiva, lesiona tu forma de ser, todo tu mundo.
Esto no cabe en el amor, si esto se da el amor no sirve, tienes que aprender a respetar tu individualidad, o la viabilidad de una relación de pareja o amistad, a estos niveles, es de pronóstico profundamente reservado.
Cuarto, el nivel de demanda de atención tiene una curva creciente y agobiante.
Lo que empezó como una presencia activa, que estimulaba la relación, que en el inicio fue agradable, en el tanto la persona daba los buenos días y los buenas noches, te llamaba a mitad del día, pasa a ser una situación profundamente delicada, porque entonces:
Cuando pones esto sobre la mesa, la reacción es poco simpática por parte de la persona aprensiva, no hay un ejercicio reflexivo, en el que la otra persona asuma que está siendo invasivo, invasiva.
La aprensión es progresiva, ya para este momento es muy posible que las estructuras de celos, control, estén presentes, puesto que, la inseguridad es la norma de interpretación.
Claro está, no podes permitirte pasar por esto, porque estarías en una relación muy cercana a procesos de violencia psicológica, que va a transformar lo que pudo haber sido una posible historia de amor en una historia de terror.
Toda persona aprensiva, tóxica, insegura y demandante, requiere:
Por otro lado, la persona que se permite estar en una relación con una persona aprensiva, de igual manera requiere apoyo terapéutico, dado que permitirse una anulación progresiva en aras del amor, denota una configuración emocional frágil y distorsionada, que debe ser revisada a fondo.
Dr. Rafael Ramos.