Al final estamos muy acostumbrados a vivir en el pasado y en el futuro, que son dos tiempos verbales que no existen. El pasado se fue, y el futuro aún está por llegar…y tampoco sabemos si llegará. El presente es lo único que tenemos.
No tengo nada aúna la vertiente lírica y la épica. La imaginación de Alejandro Sanz configura un constante destello de invención, sentimiento y emoción, síntesis de las herramientas esenciales que levantan y construyen sus canciones. No tengo nada es una canción grande, pero al mismo tiempo respira y transmite el trabajo del artesano que trabaja con las manos.
Grabado entre los meses de Marzo y Octubre de 2018, en los Art House Studios y Mow Studios en Miami, FL, el sencillo incluye un exquisito arreglo de cuerdas escrito por Julio Reyes y Alfonso Pérez e interpretado en la canción por The City of Prague Philharmonic Orchestra, hoy por hoy la mejor orquesta filarmónica del mundo. Con guitarras acústicas de Alfonso Pérez, piano y teclados de Pérez y Reyes, y Larnell Lewis (Snarky Puppy) a la batería, No tengo nada ha contado con Trevor Muzzy (Lady Gaga, JLo, Jason Derulo), como ingeniero de mezclas y el mastering de Gene Grimaldi (para Oasis Mastering).
El vídeoclip que acompaña el lanzamiento del sencillo es obra del realizador Jaume de Laiguana. A la hora de escoger quién sería el responsable de la parte visual de No tengo nada, Alejandro Sanz tuvo claro que sería el fotógrafo, diseñador y realizador catalán. Desde su primer encuentro profesional en el álbum No es lo mismo (2003), la conexión artística entre Sanz y Laiguana ha regalado momentos mágicos, dos artistas que se entienden hablando el mismo lenguaje emocional.
El video de “No tengo nada”, rodado en Miami, presenta una fotografía deliciosa, ofrece una estética próxima a los encuadres cinematográficos de Hitchcock, y en sus colores, muestra las influencias del realismo urbano norteamericano de sus personajes, que escapan desvaneciéndose de forma sosegada desde los mismos marcos de un cuadro de Hopper.